HENFIL

La verdad es que han pasado tantas cosas este fin de semana que no sabía bien que subir para compartir con ustedes.
Por un lado nuestra selección de Basquet que estaba jugando el mundial, quedó afuera, y pensaba rememorar aquel viejo chiste de seudónimos... Saben como le dicen a la selección de Basquet????
Hotel Alojamiento.
Cuartos cómodos y calentitos.
Pero no, mejor no.
Fui al teatro a ver a Cacho Garay, la verdad es que me ha quedado un sensación extraña a la hora de tener que hablar de este espectáculo y como no soy crítico profesional, -bueno, en realidad nadie lo es- y no me parece justo tener que contradecir a alguien que piense de otra manera.
Entonces me vino al pensamiento un mensaje que me dejó en post anterior Mauricio, es gran artista de collage, en donde me da un sano consejo, ver a Henfil.
Henfil es un humorista genial y casualmente tengo un libro de él que se llama Los Monjitos.
La entrada al libro es con un prólogo del Menchi Sabat.
Dice así:
Todo lo que se vincule con Henfil produce satisfacciones, alegría e, inevitablemente, carcajadas. Como otros humoristas de Brasil (el caso de Millor Fernandes es nítido) Henfil provoca el humor, no se sirve de sus formas. Podría agregarse, es legítima aproximación, que son seres que toman el mundo muy en serio y se inscriben en mecanismos que, a través de la risa o la sonrisa, invitan a acompañar sus propuestas.
El humorismo en Brasil tampoco escapa a características idiosincrásicas. La picardía de Río o San Pablo son diferentes a la de Buenos Aires, pero son parientes muy próximos. Por eso, las situaciones que genera Henfil pueden tomar por sorpresa, pero no por ello pierden impacto o gracia.
La relevancia que ha cobrado, con justicia, este magnífico y desopilante humorista no hace sino lamentar que se haya postergado la edición de sus obras en nuestro medio.
Por eso es una satisfacción muy apreciada prologar esta edición y poder compartir con sus lectores mi admiración y respeto por este querido amigo, con quien hicimos un viaje en 1979 por Alemania y del cual tenemos recuerdos permanentes. Espero seguir prologando las próximas ediciones.
Hermenegildo Sabat